sábado, 12 de enero de 2013



Mi último día de la semana ha sido algo más relajado, sigo impartiendo las clases de música y ayudando a mi tutora en las demás asignaturas. Digamos que este día ha sido más de reflexión.

Me he dado cuenta que he elegido mal mi especialidad y que quizás no debería haber elegido la rama de Música, pero no porque me considere mala maestra, sino porque durante estos meses me he dado cuenta que siento mucho cariño por los niños con necesidades educativas especiales, más que por el resto, me siento mucho más volcada con ellos y me produce mucha satisfacción haberles ayudado y que puedan seguir la clase.  Espero en un futuro poder especializarme en esta rama.

Y  el otro detalle que me ha indignado bastante es la mala organización de mi universidad. Pretenden que practiquemos nuestra especialidad, en mi caso Música, sin haber estudiado antes absolutamente nada. En mi caso, apenas puedo impartir clases yo misma porque no tengo conocimientos musicales y no me puedo encargar de ninguna clase. Pienso que las prácticas tendrían que ir después de impartir las asignaturas de la mención, porque entonces ¿qué vamos a practicar?

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